¿Por qué odiamos los lunes?

¿Cuál es el peor día de la semana? Si estás pensando en el lunes, es probable que coincidas con una amplia mayoría que ve cada principio de semana como misión imposible. Después de un intenso fin de semana, en el que has podido disfrutar de una escapada, de una cena con amigos o simplemente te has dedicado al noble arte de no hacer nada, es natural que el domingo por la noche te inunde esa sensación de angustia que se transforma en un odio incomprensible -no tan incomprensible después de leer este artículo- cuando el irritante despertador suena al día siguiente.

Un odio que está más que justificado, o al menos así lo señalan diversos estudios científicos.

Uno de los motivos de este odio es el cambio en los patrones de sueño. Generalmente, aprovechamos sábado y domingo para dormir durante más tiempo, con el objetivo las horas que no hemos dormido entre semana. No obstante, y según un estudio de la Universidad de Flinders, en Australia, dormir horas extra durante el fin de semana puede alterar nuestro reloj biológico, lo que se traduce en un inicio de semana más pesado de lo habitual, ya que nuestro cuerpo tiene que adaptarse de nuevo a la rutina.

Además de un cambio en los ciclos de sueño, los lunes también implican un cambio a nivel emocional. Según una encuesta realizada por la consultora Gallup, no existen diferencias en el nivel de estrés que podemos experimentar a lo largo de la semana, pero sí en la manera de percibirlo. Mientras que el viernes se percibe como un buen día en el que podemos hacer frente a cualquier cosa por que ya llega el fin de semana, el lunes se percibe como un regreso a la rutina que hace todo más complicado.

Cuestión de salud

Según un estudio publicado en el American Journal of Preventive Medicine, los lunes son los días más proclives a sufrir un ataque cardiovascular. Además, más allá de estadísticas, el lunes es el día en el que menos atractivos nos sentimos, puesto que los excesos del fin de semana pueden pasar factura en nuestra talla, aunque sea de manera temporal y no suponga ningún riesgo para nuestro organismo.

Después de estos argumentos, cualquier queja sobre el lunes está más que justificada.

Fuente: heraldo.es

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