Hierbas, flores y frutas al cuido de nuestra piel

Azucena Calurano, de Aragón, España, continúa la tradición familiar de elaborar jabones sin químicos ni preservantes, armonizando la naturaleza con nuestro bienestar.

Por Gabriel Martínez Rivas | Editor Rincones 360 Grados
El canal imperial de Aragón es un río artificial que sirve para regar miles de hectáreas de cultivos de estas tierras. En sus orillas crece una gran variedad de plantas, hierbas y flores que, a simple vista, no conocemos, pero la protagonista de nuestra historia de hoy hace uso medicinal y estético de estos brotes de la naturaleza. Hoy nos invita a su cocina donde nos preparará una receta de tradición familiar que conserva con mucho amor.

Azucena Calurano (@esteticalilium83) se dedica a las terapias alternativas y el bienestar corporal. Lleva muchos años preparando jabones naturales sin químicos y conservantes, pues su receta heredada de su bisabuela evita estos componentes que muchas veces son perjudícales para la piel.

Lo más bonito es preservar estas costumbres y que los jóvenes de hoy se enteren que existe un mundo más allá de lo superficial, un mundo natural y botánico que nos da todo lo que necesitamos.
Azucena Calurano

La receta viene de generación en generación, pues a ella se la transmitió su abuela, quien era originaria de Andalucía y conservaba la receta original. Azucena conserva con mucho cariño esta receta que ha pasado por las manos de las mujeres de la familia.

Estos jabones se elaboran a base de glicerina neutra, la cual no contiene químicos. Además de favorecer nuestra salud, no contamina el medio ambiente, lo importante de este trabajo es que se hace desde la cocina de casa y con las hierbas, frutas y flores de temporada, las cuales a través del baño María se extrae su esencia, para luego mezclarla con la glicerina y aromas naturales de su preferencia.

Una vez seca la mezcla, la vertimos en moldes de nuestra preferencia para llevarlos al refrigerador por más de 24 horas, hasta que se seque.

Azucena nos recomienda no botar las cáscaras de las frutas y utilizarlas en la elaboración de jabón, pues, aparte del aroma, todas las plantas aportan nutrición y vitalidad a la piel; ella hace jabones de aloe vera, cítricos, lavanda, romero, rosa mosqueta, avena, entre otros, de gran demanda entre sus clientas.

Cabe destacar que estos productos son de muy bajo costo y con ellos Azucena practica el trueque, una tradición casi extinta, pues para ella lo importante es que todas las personas se beneficien de la madre naturaleza.

La emoción de llevar esta responsabilidad y tradición familiar hace que a esta joven le encante su trabajo, de esta forma honra la memoria de las sabias mujeres de su familia.

Finalmente, recomienda a quien quiera hacerlo, tomar en cuenta el calendario lunar, dado que las plantas en cada fase de la luna tienen diferentes efectos y crecimiento, además es una forma de armonizar con la naturaleza y agradecer el fruto y las hierbas que da.