Earthly Foods: de un sueño a pioneros en la innovación vegana en Costa Rica

Veganos de corazón y con una dosis de valentía empresarial, los jóvenes costarricenses Andrés Ruenes y Alberto Cordero comenzaron en 2022 con un pequeño restaurante italiano-vegano llamado Earthly Kitchen, una ventanita sencilla en San José que servía pizzas y pastas libres de lácteos. Actualmente, su portafolio incluye crema de marañón, palitos de mozzarella veganos y un queso crema a base de marañón. Para quienes tienen intolerancia a la lactosa, sus productos representan volver a disfrutar del queso sin renunciar al sabor ni a la sostenibilidad.

Tras años viviendo en Estados Unidos, los jóvenes costarricenses Andrés Ruenes y Alberto Cordero regresaron a su tierra natal con un propósito claro: crear opciones gastronómicas veganas que no existían en el país. Veganos de corazón y con una dosis de valentía empresarial, comenzaron en 2022 con un pequeño restaurante italiano-vegano llamado Earthly Kitchen, una ventanita sencilla en San José que servía pizzas y pastas libres de lácteos.

El verdadero reto estaba en uno de sus ingredientes estrella: el queso, pues requerían que fuera 100% vegetal, que pudiera estirarse, derretirse y tener el sabor como el tradicional, “hacer guacamole sin aguacate”, dijo Andrés con humor. Así fue como un desafío gastronómico se transformó en una oportunidad de negocio.

El restaurante tuvo que cerrarse y fue cuando nació Earthly Foods, una empresa enfocada en desarrollar lácteos plant-based innovadores, sostenibles y accesibles. Su primer producto, la mozzarella rallada vegana, fue pionera en el país y rápidamente conquistó paladares. Hoy se encuentra en más de 80 puntos de venta, incluyendo supermercados como Walmart y Masxmenos.

David contra Goliat

El camino no ha sido fácil. Compitieron contra multinacionales con presupuestos millonarios siendo apenas un equipo de cuatro personas en una pequeña planta en Santa Ana, pero la perseverancia, la escucha activa a los clientes y la creatividad, los convirtieron en el “David” que pudo vencer a “Goliat”.

Actualmente, su portafolio incluye crema de marañón, palitos de mozzarella veganos y un queso crema a base de marañón que tardaron un año en perfeccionar. Para quienes tienen intolerancia a la lactosa, sus productos representan volver a disfrutar del queso sin renunciar al sabor ni a la sostenibilidad.

Además, cada producto está pensado para tener un impacto positivo en el planeta: utilizan empaques sostenibles, apoyan a proveedores nacionales —especialmente pymes— y aplican prácticas de ahorro energético y de agua en su planta. Su visión es clara: crear alimentos que sean tan deliciosos como responsables con el medio ambiente.

Alberto y Andrés sueñan con que en los próximos cinco años sus productos lleguen a mercados internacionales, llevando consigo el sello “Costa Rica sostenible” y demostrando que la innovación local puede competir a nivel global.

“Estamos apenas en el episodio uno de nuestra historia”, dicen con entusiasmo. Y todo apunta a que esta serie de innovación y sabor tiene muchas temporadas por delante.