El poder de la nostalgia en el marketing moderno

El pasado se convirtió en la estrategia más rentable del presente. Descubre cómo TikTok, Instagram y YouTube convierten lo retro en engagement y ventas.

Por: Lic. Ronald Meneses | Revista 360 Grados

Cierra los ojos un momento. ¿Recuerdas el sonido de encender el primer Nokia? ¿Ves el logo rojo, blanco y azul de Pepsi de los 90? ¿Sientes esa emoción al abrir un sobre de láminas Panini, con la esperanza de que salga la pieza que te faltaba?

Si sonreíste… ¡bingo! Acabas de tocar una de las palancas más poderosas del marketing en 2025: la nostalgia.

Y no, no es solo una moda retro. Es un fenómeno emocional, psicológico y, sí, profundamente comercial. Porque la nostalgia no solo nos hace recordar: nos hace sentir seguros, conectados y hasta más felices. En tiempos de incertidumbre (económica, social, existencial), las personas buscan refugio en lo familiar. Y ahí es donde las marcas inteligentes entran con elegancia, no con nostalgia forzada, sino con autenticidad bien pensada.

Plataformas como TikTok, Instagram y YouTube lo saben muy bien: el contenido nostálgico retiene más, se comparte más y, claro, vende más. ¿Por qué? Porque no solo activa recuerdos… activa emociones. Y las emociones mueven el mundo (y los algoritmos).

Hablemos de cifras, porque en esto no todo es feeling: Según Deloitte (2025), las campañas con toques nostálgicos generan 30% más de recuerdo de marca y 12% más intención de compra que las tradicionales. Y TikTok, en su informe Year on TikTok 2024, confirma que los contenidos que apelan a emociones colectivas (como la nostalgia) tienen mayor probabilidad de volverse virales, porque la gente no solo los ve… los remezcla, duetea, comenta y comparte como si fueran suyos.

¿Y cómo lo están haciendo las marcas más listas? Tres caminos ganadores:

  1. Haciendo re-lanzamientos con sabor retro, por ejemplo: Pepsi no solo volvió a su logo de los 90… aumentó sus ventas globales en un 14%.
  2. Colaboraciones revival: Netflix con Stranger Things reactivó ventas de zapatos Vans y juguetes de los 80, demostrando cómo la nostalgia se traduce en ingresos directos.
  3. UGC (Contenido Generado por el Usuario) y cultura remix: en TikTok, una campaña nostálgica bien hecha se convierte en miles de videos orgánicos, multiplicando el alcance sin gastar un centavo extra en publicidad.

Pero ojo: la nostalgia bien usada construye puentes. La mal usada suena falsa, desesperada… y ahuyenta. Por eso, entender cómo cada generación vive la nostalgia es clave: Gen Z la ve como estética, comunidad y meme. Millennials responden a recuerdos de infancia y compran con el corazón. Gen X exige autenticidad y calidad en las referencias. Baby Boomers valoran la simplicidad y se conectan mejor por canales tradicionales.

Y aquí está el secreto que muchos pasan por alto: entender estas diferencias permite a las marcas diseñar estrategias nostálgicas que conecten con cada público sin perder autenticidad.

Los algoritmos priorizan señales de engagement como likes, shares y tiempo de visualización. Y la nostalgia las dispara todas. ¿Por qué? Porque genera emociones intensas, impulsa a compartir y fomenta reacciones en comunidad.

TikTok y YouTube reconocen que el contenido nostálgico tiene alto “shareability” y ROI porque reduce costos de alcance: los usuarios hacen el trabajo de viralización.

Si estás liderando una marca, un emprendimiento o incluso tu propio contenido, estas son mis claves de experto (probadas en el campo, no solo en teoría):

  • Valida tu autoridad histórica: ¿Tu marca tiene derecho a hablar de los 80, los 90 o los 2000? Si no, mejor no lo fuerces.
  • Actualiza, no copies: Dale un twist moderno. La nostalgia no es repetir… es reinterpretar.
  • Mide con inteligencia: Haz pruebas A/B, pero no solo mires clics. Mide emoción, engagement y conversión.
  • No reemplaces tu identidad: Usa la nostalgia como amplificador, no como disfraz.
  • Crea experiencias completas: Desde el empaque hasta la música, el storytelling y la comunidad digital… que todo respire esa esencia, pero con coherencia.

En 2025, la nostalgia ya no es un recurso ocasional. Es una estrategia estructural. Porque se alimenta de tres fuerzas imparables: algoritmos que priorizan lo emocional, una cultura remix que revive lo viejo con aire fresco y un mercado hambriento de experiencias retro (auténticas) que, en moda, entretenimiento, bebidas o juguetes, seguirá marcando tendencia al menos hasta 2026.

Al final del día, la nostalgia no es solo psicología… es psicología aplicada al consumo con corazón. No vende solo un producto: vende conexión, pertenencia y recuerdo. Y eso… eso construye lealtad que el algoritmo jamás podrá reemplazar.

Así que te dejo con una pregunta que vale millones:

¿Qué emoción de ayer puede tu marca despertar hoy?

Porque si logras encender esa chispa… no solo venderás.

Construirás un puente emocional que tus clientes recordarán (y compartirán) para siempre.