Transformarse o…. ¿desaparecer?

¿Has escuchado sobre la transformación digital de las empresas?
Si quieres que tu negocio sobreviva, deberías leer esto, pues te cuento que la transformación digital no es una moda pasajera. Lo que está a la vista no puede negarse: la revolución digital está en marcha y ha llegado para quedarse, y todo esto ha generado un cambio inevitable en las reglas del juego empresarial.

La historia humana siempre ha estado marcada por cambios. Cambios que revolucionan y marcan espacios evolutivos importantes y ahora mismo estamos en un siglo XXI muy diferente del siglo XX. Hoy vivimos en un mundo digital, global, hiperconectado, en constante y rápido cambio, pues en un abrir y cerrar de ojos la sociedad, los sistemas productivos, la economía y el tejido empresarial han dado un giro de 180º.
Entonces cabe hacer la siguiente pregunta: ¿en este contexto son válidos los modelos de negocio tradicionales? ¡Ojo, señores! Si usted es empresario (no importa el tamaño) debería poner “la barba en remojo”, pues la adaptación al cambio se ha convertido en un imperativo para cualquier negocio.

Es importante tener claro el concepto de transformación digital, la que podríamos definir como el proceso de adaptación de una organización a la era digital mediante la implementación de las nuevas tecnologías. Hay que entender que este proceso de adaptación no debe limitarse a proveer a las organizaciones de los últimos equipos y herramientas tecnológicas, sino que la transformación digital pasa necesariamente por la alineación de modelo de negocio, tecnología, procesos, cultura y personas. Donde el verdadero cambio se sitúa en las personas, traspasando los dispositivos y las herramientas que utilizamos.

O sea que, antes de un objetivo dentro de la empresa, debe convertirse en una estrategia, de esta forma, las organizaciones verán surgir la oportunidad de alcanzar una verdadera ventaja competitiva.

Para ello, son necesarias acciones concretas:

1. La capacitación emocional y digitalización de líderes y personas dentro de la empresa.
2. La modernización y mejora del modelo de negocio.
3. La digitalización de procesos (internos y externos).
4. Y, sobre todo, colocar al cliente en el centro de nuestra organización.

Si queremos que nuestra organización no sea obsoleta, tanto en lo general como en lo específico, debemos evolucionar y buscar nuevas formas de adaptarnos a los tiempos tecnológicos actuales. El tamaño no es una excusa, toda empresa que quiera sobrevivir tiene que entender que debe ir de la mano con la tecnología y no quedarse atrás.

“No puede impedirse el viento, pero hay que saber construir molinos”. (Proverbio holandés)

 

Lucía Morales De Franco
Especialista y consultora en Marketing y Publicidad