El peine tiene una historia bastante larga en Japón. El hallazgo más antiguo es un peine de Madera que data de hace unos 7 mil años, descubierto en unos yacimientos arqueológicos de la prefectura de Saga. Su forma vertical estilizada sugiere que era un elemento decorativo colocado en el pelo como ornamento.
Durante el periodo de Heian (siglos VIII y XII), las mujeres japonesas llevaban en pelo largo y liso. El peine era tanto un elemento práctico como decorativo, para sujetar el cabello y mantenerlo retirado del rostro.
Fue en el periodo de Edo (siglo XVII) cuando aparece el peinado considerado ahora como el arreglo clásico tradicional de la mujer japonesa. Este estilo necesita de aceite con ceras para ayudar a mantener los mechones de cabello reunidos en forma complicadas.
Esto requería bastante tiempo y esfuerzo y conllevaba que las mujeres japonesas de la época no se pudieran lavar el cabello a menudo. Los peines eran por tanto no solo decorativos, sino que también servían de utensilios para eliminar la suciedad y arreglar los cabellos desordenados o revueltos.
Los peines tradicionales se diseñan apretando mucha atención a la distancia entre los dientes, que varía dependiendo de la largura del cabello para el que están pensados. Para finalizar, los peines se frotan com aceite de camelia para conseguir un acabado liso y brillante.
Hoy estos peines se presentan en una diversidad de formas dependiendo de su utilidad, incluyendo peines de caballero compactos para llevar y oeines con mangos finos y alargados para realizar arreglos delicados.
Fuente: web-japan.org