Palacio de la Aljafería: la majestuosidad de los moriscos a su paso por España

El palacio refleja el esplendor alcanzado por la Taifa de Zaragoza en el apogeo de su grandeza.

El palacio fue construido en el siglo XI. / Revista 360 Grados

Por Gabriel Martínez Rivas | Editor Rincones 360 Grados
Rodeado de inmensos jardines y a pocos metros del río Ebro, en medio de altos edificios encontramos un auténtico palacio árabe, como muestra del paso de esta cultura por España. Visitar el Palacio de la Aljafería es un deleite a la vista, pues su inmensidad impresiona, tal como desde aquellos tiempos pretendía su primer dueño Abú Yaáfar al-Muqtádir, quien durante el siglo XI lo mandó construir con la intención de convertirlo en su casa de verano. Hoy es sede de las Cortes de Aragón y declarado Patrimonio de la Humanidad en 1986.

Gabriel Martínez Rivas | 360 Grados

El valor de esta joya de la arquitectura hispanomusulmana radica en que es el edificio con estos orígenes más al norte de Europa. Su verde patio donde florecen naranjos y brota el agua de las fuentes nos da la bienvenida. Este se halla en el centro, rodeado de arcos con arquitectura mudéjar, un tipo de construcción frecuente en la zona de Aragón y que es típica de la época musulmana en tierra cristiana.

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A la derecha se halla el Salón Dorado, llamado así por su pintura amarilla, verde y roja que, por el reflejo de la luz, hace que dé un tono oro a sus paredes; ahí mismo se ubica una pequeña mezquita en dirección a la Meca, desde donde se hacían sus oraciones.

El Salón Dorado / Gabriel Martínez Rivas | 360 Grados


Con la expulsión de los musulmanes de España en 1492, el palacio pasó a ser propiedad de los Reyes Católicos
, quienes también lo convirtieron en su estancia. Una gigantesca escalera nos conduce al salón principal, donde destaca su techumbre con racimos de uvas doradas sobre fondo azul que hacen de aquel techo un mágico cielo; acá también se conservan los pisos de la época y otros espacios igual de interesantes.

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Aún en el antiguo y profundo pozo se puede ver agua que se filtra desde el río, también desde este punto se accede a la famosa Torre del Trovador, donde el compositor Giuseppe Verdi se inspiró para su aclamada ópera que cuenta una historia de amor desde Zaragoza para el mundo “El Trovador”, pero también esta torre fue testigo de encarcelamientos y torturas en la época de la Inquisición, como prueba los innumerables grafitis que se conservan en sus antiguas paredes.

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Recorrer este palacio no toma mucho tiempo y las guías siempre están dispuestas a aclararnos todas las dudas; su entrada es completamente gratis y se pide cita con antelación. La arquitectura, la música y la multiculturalidad se unen en este conjunto que recomendamos hoy desde tu sección Rincones.