La magnífica travesía de las grullas

Desde el Sahara recorren cientos de kilómetros hasta llegar a Gallocanta, la laguna salada más grande de Europa y que se encuentra en Zaragoza, España.

Por Gabriel Martínez Rivas | Editor Rincones 360 Grados

Una inmensa mancha de aves recorre los cielos españoles. Vienen desde el lejano y caluroso Sahara en busca de alimento. Su destino final: el norte de Europa. No le temen al invierno y hacen paradas de descanso por gran parte de la península ibérica.

Foto: Gabriel Martínez Rivas

Las grullas migran cada año y verlas en las fuentes de agua descansando es un verdadero espectáculo natural. Hoy viajamos a la laguna de Gallocanta a contemplar estas exuberantes y aguerridas aves.

En la comarca del Campo de Daroca, en Zaragoza, hay varios pueblos que pertenecen a la España vaciada y en muchas localidades pocas personas se atreven a pasar el invierno, quedando desolados y fríos en esta época del año, pero, como contradicción natural, miles de grullas descansan en la mayor laguna de agua salada de Europa, Gallocanta, dándole vida y magia a la zona.


Este año se han llegado a contar más 111 mil en un solo día.


Foto: Gabriel Martínez Rivas

Vuelan en forma de “V” simétrica y sincronizada, pues esta posición sirve para ahorrar energía y disminuir su agotamiento; un grupo perfectamente equilibrado y un trabajo en equipo único digno de admirar, sus 4 mil kilómetros de travesía entre desiertos y montañas nevadas lo hacen aproximadamente en 3 meses, recorriendo hasta 300 km en un día.

Descansan en esta zona porque se dan las condiciones propicias para aparearse y seguir en su rutina; acá encuentran comida y, sobre todo, seguridad, ya que duermen en grupos con las patas dentro del agua y con el pico hacia arriba, protegidas de los zorros y las águilas.

Foto: Gabriel Martínez Rivas

Las horas propicias para verlas es sobre el amanecer y atardecer, los rayos del sol contrastan con la silueta de las miles de aves que cantan y se pueden escuchar hasta 5 kilómetros de distancia debido a su inmensa caja sonora; este paraíso ornitológico es perfecto para que los aficionados a la fotografía de naturaleza se acerquen a captar los mejores momentos de las zancudas aves; también para enseñar a nuestros niños y niñas las maravillas de nuestro entorno.

Tenemos tanto que aprender de la naturaleza y en estas aves vemos reflejada su tenacidad, amor a sus crías, perseverancia, solidaridad y compañerismo; el cambio climático es una realidad y, de seguir así, estas migraciones y espectáculos podrían desaparecer. Tomemos conciencia y preservemos la naturaleza que nos queda, antes que sea demasiado tarde.