De duque de Hastings a 007 con licencia para conquistar

La retirada de Daniel Craig en la saga de James Bond podría facilitar las cosas a la gran revelación de la serie «Bridgerton».

Cortesía

ABC | España
La franquicia James Bond lleva tiempo buscando un cambio. La retirada de Daniel Craig facilitaba las cosas. Un golpe de efecto sería darle licencia para matar a un agente encarnado por un actor negro. Y en todas las quinielas aparecía Idris Elba como favorito. Hasta que Netfix estrenó «Bridgerton» y el mundo se vio sacudido por un flechazo repentino hacia el Duque de Hastings, personaje escrito por Julia Quinn en unas novelas románticas que la productora Shonda Rhimes ha hecho carne en la figura de Regé-Jean Page, el hombre de moda que, por ahora, desmiente que sea una oferta en firme. Pero todo se andará.

En el más famoso buscador de la red, basta con teclear Regé para que el texto predictivo nos presente Regé-Jean Page como primera opción; la segunda, Regé-Jean esposa (no tiene); luego vienen sus padres (una enfermera de Zimbabue y un predicador inglés), su altura (1,83 metros), su novia (oficialmente tampoco tiene, aunque algunos apuntan a su compañera de reparto, Phoebe Dynevor), su cuenta de Instagram (@regejean, con 2,4 millones de seguidores), «Bridgerton» (la serie que le ha convertido en estrella desde el minuto uno), su cumpleaños (sabemos el año, 1990, pero no la fecha exacta), y, por último, entrevistas. Pero no sólo ocupa las primeras posiciones del ránking de búsquedas: si uno escribe Duke, Hastings (título que ostenta Simon Basset, su personaje en la serie) supera incluso al de Windsor, York o Essex. La aristocracia de ficción supera pues a la real.

La serie presume de contar con un vestuario de más de 7.500 prendas de época diseñadas para lucimiento de su reparto. A pesar de ello, los grandes momentos del Duque le pillan sin camisa o directamente desnudo. Es tanta la carne que pone en el asador de este folletín de lujo que en una entrevista le confesó a Jimmy Fallon que su familia tenía un código en el grupo de Whatsapp, una especie de semáforo para anunciar en qué capítulos era mejor prepararse una taza de té en la cocina para evitar las escenas subidas de tono. Al parecer, una prima suya se pasó una noche haciendo té como loca….

Segundo de cuatro hermanos, vivió en distintos países (desde Sudáfrica a Australia, Suecia y Florida, en Estados Unidos) durante una infancia y una adolescencia en las que descubrió su temprana pasión por la música y la interpretación. El color de su piel mestiza le causó problemas de acoso en el colegio: en su cuenta tiene una foto suya, en blanco y negro, en la que rinde homenaje a ese niño del que tanto se burlaron.

Creó una banda con su hermano, aprendió a cantar y a bailar y fue seleccionado por la National Youth Theatre, donde se forjó en las tablas. Se graduó a los 23 años en el Drama Centre London. Se considera, sobre todo, un hombre de teatro: «El mercader de Venecia» junto a Jonathan Pryce le confirmó como un talento precoz. Pero el cine y la televisión estaban al acecho.

Tras pequeños pinitos en la gran pantalla (incluso una colaboración en una entrega de «Harry Potter»), su primer papel importante llegó con el Capitán Khora de «Mortal engines», una superproducción de Peter Jackson que resultó un rotundo fracaso y en la que físicamente está irreconocible luciendo el pelo con trenzas africanas.

La tele ha sido más generosa con su talento y con sus encantos: desde «Raíces», «reboot» de la mítica serie sobre Kunta Kinte, a «For the people», un procedimental de abogados que le puso en la órbita de Shonda Rhimes.

Amante de la discreción, enemigo de la masculinidad tóxica, a Regé no se le ha subido la fama a la cabeza. Ni a él ni a nadie de la serie: «En realidad, las verdaderas divas eran los caballos», ha reconocido luciendo una de esas sonrisas suyas que desarman a cualquiera.

Regé-Jean Page, durante una secuencia de «Bridgerton»/ ABC