Hay momentos en la vida de toda persona que dan giros inesperados. Y una de ellas es retornar al hogar, es decir, dejar la fascinación de andar en las calles por permanecer en casa y sentir que su hogar resulta ser “un escape” de las exigencias a las que nos somete la vida.
Por presión social muchas personas se exigían (y exigen algunas) aprovechar al máximo los fines de semana. Quedarse en casa realizando labores para mejorar las condiciones del hogar como hacer jardinería, recomponer la decoración en paredes y espacios de la casa, entre otros, no formaban parte de la agenda a cumplir.
Sin embargo, debido a la acelerada vida que llevamos ha surgido la imperante necesidad de anidar, conocido en inglés como “nesting”. La búsqueda de la tranquilidad, de ensimismarse, leer con mayor atención y alcanzar la paz interior ha llevado a las personas en los últimos años a practicarlo.
La sicóloga Yara Martínez afirma que esta actitud responde “a la calidad de vida que llevamos. Si la persona pasa los días laborales exigiéndose al máximo, cumpliendo metas y ese corre corre constante, entonces llega el fin de semana donde lo que busca es todo lo contrario, estar en completa calma y querer no salir de casa“.
En los últimos años viene en aumento un número considerable de personas que padecen depresión, síndrome de desgaste ocupacional, déficit de atención sumado con hiperactividad, estados patológicos que empujan a las personas a buscar su propio bienestar.
Martínez aconseja que para alcanzar una “verdadera renovación“ es necesario olvidarse de los aparatos que nos conectan con el mundo exterior. “Hoy en día estamos sobreexigidos e hiperconectados, lo que no nos deja descansar nuestra mente como debe ser“, apunta.
Y añade que dentro de los caminos sugeridos están reencontrarse con la naturaleza, conocer a conciencia nuestro cuerpo y redescubrir el maravilloso momento de estar con nosotros.
Aprender a pintar, a cocinar a través de tutoriales de YouTube o practicar yoga son parte de las actividades que están teniendo mayor auge en países europeos, según analiza la sicóloga, quien comenta que “la cocina, por ejemplo, ha llegado a ser incluso terapéutica y bastante popular en países como Estados Unidos o Reino Unido“.
Un estudio de Journal of Health Psychology, citado por el diario español El Mundo, se inclina por recomendar “la jardinería en la terraza, que baja los niveles de cortisol (hormona que lo provoca) en mayor medida que la lectura”.
Como resultado de este “cambio“ de vida, las personas suelen ser más empáticas y altruistas, según refieren estudios de científicos irlandeses, lo que comprueba que el nesting ha venido a influenciar distintas áreas de la vida de las personas.
Martínez advierte que todos debemos buscar el equilibrio. “Aislarse en sí no es saludable, así que optar por quedarse en casa no significa que tampoco no deberías interactuar con otras personas, sino que el fin sea alcanzar la tranquilidad para disfrutar la vida“.